En la actualidad, podría parecer que el principal objetivo de algunos jardines botánicos es organizar eventos de luces y sonido que puedan atraer a miles de espectadores olvidando su verdadero objetivo: reunir una gran variedad de plantas clasificadas con fines científicos y que sirvan para la educación de los visitantes.
Pero, no hay que olvidar que, en otros tiempos, estos lugares fueron los receptores de la razón por encima de la teología; de la unión del saber de distintas culturas y razas; de los conocimientos medicinales de las mujeres; y de las nuevas plantas llegadas de países lejanos después de azarosos viajes.
Plantas como la canela, el clavo, la nuez moscada, el palo de campeche, la opuntia, la quinina, los nardos, las dalias, el tomate, la patata, el cacao … llegaron a los jardines de aclimatación de Canarias, Valencia, etc., después de largos viajes y grandes aventuras.