Ucrania tiene todo el derecho a defender su independencia y su integridad territorial, y cualquier intento ruso de socavarlas merece la más enérgica de las condenas, pero más allá de esta obviedad, hay que preguntarse si aspirar a formar parte de la OTAN es la mejor formar de preservarlas.
Lo que vuelve a suceder en el corazón de Europa es la renovación del enfrentamiento estratégico entre EEUU y Rusia, en el que Ucrania y la Unión Europea son meros comparsas.
Tras el descalabro de Afganistán, EEUU necesita recomponer su imagen exterior y Rusia le ha brindado una oportunidad de oro con sus inaceptables amenazas para que Washington cumpla los compromisos no escritos de mantenerse alejado de las fronteras rusas.
Hay mil soluciones mejores para Ucrania que sufrir una guerra. Mirarse en el espejo de Finlandia puede enseñarle caminos que la alejen del abismo.
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