Conferencias y Actos Culturales

Conferencia: La Antártida ante el cambio climático

Evento

Título:
Conferencia: La Antártida ante el cambio climático
Cuándo:
Mar, 25. Abril 2017, 19:00 h - 21:00 h
Dónde:
Centro 21 Marzo - Factoría Cultural Salón de Actos - Tres Cantos, Madrid
Categorías:
Cambio Global, Conferencias
Conferencia: La Antártida ante el cambio climático


Información del ponente

Nombre:
Dr. Jerónimo López Martínez
Posición:
Profesor Titular de Geodinámica Externa, UAM

Descripción del evento

AVISO: Esta conferencia no será grabada


Jerónimo López es sin duda uno de los españoles que más saben de la Antártida, de sus glaciares, montes, rocas, hielos y vientos, y también el que nos representa en todos los organismos internacionales y nacionales relacionados con la ciencia en ese mítico continente. Pero este profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid es, además de un coyuntural "burócrata antártico", un reconocido investigador polar y un notable montañero que puede presumir de haber escalado algunos de los codiciados ochomiles y sietemiles repartidos por el mundo. Y fue el primer español, junto con Pedro Nicolás, en subir, en 1990, a la cima del monte Vinson, el techo de la Antártida, cuando todavía era un desafío.

Sus investigaciones en la Antártida comenzaron hace 16 años, y tras siete campañas realizadas puede hablar con buen conocimiento de sus hielos y rocas, y de uno de los posibles efectos del discutido cambio climático que allí también es palpable: el retroceso de los glaciares.

 

 

Extracto de una entrevista realizada por el diario El País el 22 de mayo de 2005

Es raro el día que no hay alguna noticia relacionada con el cambio climático. Los expertos afirman que el calentamiento del clima está causando en la Antártida cambios profundos bajo el hielo, retroceso en los glaciares, aparición de praderas de hierba donde antes sólo había hielo. ¿Qué está pasando realmente en el Polo Sur?.

Estamos en un periodo especial de calentamiento global; hay evidencias de ello y es bastante generalizado en el mundo, también en la Antártida y en el Ártico. Las áreas polares son especialmente sensibles e interesantes para detectar si ese cambio se está produciendo, y hay elementos en ellas para tratar de ver en qué medida es consecuencia de factores antrópicos, producidos por el hombre, y de ciclos naturales, y ésa es una gran pregunta que está planteada.

Las áreas polares están cambiando, pero, igual que ocurre en el resto del planeta, el cambio no es uniforme; no se puede decir que en toda la Antártida estén retrocediendo los glaciares: hay sectores en que lo están, y hay evidencias claras de ello, pero hay otros sitios donde los glaciares aumentan de tamaño. Hay lugares donde hace más calor y otros donde hace más frío; igual que pasa en todo el planeta, el calentamiento no es uniforme.

¿Entonces hay un alarmismo excesivo con el cambio climático?

Los sistemas terrestres son muy complejos y están interconectados, sobre todo a través de la atmósfera y los océanos, con las grandes corrientes oceánicas. Ciertos efectos se trasladan de unos lugares a otros, y allí pueden tener consecuencias en sentido contrario al de origen.

La forma de saberlo es utilizar modelos, tener buenos datos y registros fiables, que no existen desde el principio de los tiempos. En la Antártida sólo los tenemos desde hace 50 años. Y ésta es una respuesta al porqué de investigar en sitios tan remotos. Gracias a que desde los años cincuenta se hizo una serie de instalaciones en la Antártida hay buenos registros de temperatura y de otros parámetros.

¿Y qué dicen esos registros?

Pues de 18 estaciones con registros largos, 11 han sufrido calentamiento, y siete, enfriamiento. Hay evidencias, por ejemplo, de que en los últimos 50 años la península Antártica, situada frente a Suramérica, es uno de los tres lugares en el mundo que más calentamiento han sufrido, casi dos grados por encima de la media global. Son lugares muy sensibles a la descongelación, a que se produzca agua de fusión que penetra hacia la base de los glaciares y contribuye a que fluyan más rápidamente, y a la ruptura de grandes plataformas de hielo, como la Larsen, que se desintegró en parte en 2002. Eso está ocurriendo en dicha península y también en el Ártico canadiense.

Los científicos del British Antartic Survey aseguran que el 75% de los 400 glaciares antárticos está en regresión.

Así es, aunque hay algunos que están avanzando. Estamos viviendo un periodo interglacial, y los glaciares están más retrocedidos de lo que estuvieron en el máximo de la última glaciación, hace 20.000 años. Eso quiere decir que es un periodo más cálido que en otras épocas, con un nivel del mar relativamente alto, porque cuando el hielo se funde aumenta el nivel del mar. Los ciclos climáticos se han producido bastante regularmente a lo largo del cuaternario y por eso ha habido glaciaciones cíclicas cada 100.000 años. Pero esto no elimina el hecho de que hay que superponer los efectos humanos, y hoy día tenemos una capacidad de afectar como nunca ha tenido la humanidad a lo largo de la historia. Y hay actuaciones humanas que se superponen a esos ciclos naturales y pueden potenciarlos hasta consecuencias catastróficas. Existen efectos, como la disminución de la capa de ozono, que son exclusivamente debidos a la acción humana.

Entonces no hay exceso de alarmismo

Creo que en general no, aunque a veces aparecen informaciones exageradas o sacadas de contexto.

Es verdad que en los Alpes, en los Pirineos, en los Andes hay glaciares que están desapareciendo, y en los últimos 10 años el retroceso también se ve en la Antártida, pero hay que tener en cuenta la perspectiva. No se puede tener una visión antropocéntrica: lo que yo veo es todo.

Y estamos viendo 10, 20 o los últimos 50 años que llevamos de registros en la Antártida. Pero también hay que tener cuidado con el mensaje contrario, el "podemos hacer lo que sea, ya que todo da igual", porque las consecuencias pueden ser impredecibles, y los efectos, irrecuperables. Por ejemplo, hay modelos que muestran que, de mantenerse el calentamiento unos milenios, el hielo de la Antártida se reducirá en la periferia, sobre todo en la península Antártica, pero aumentará en el centro del continente, una zona muy árida en la que incluso hay menos precipitación que en el Sáhara.

Porque si el aire es menos frío podrán penetrar más las borrascas y traerán precipitaciones a zonas donde no había, y nevará más, con lo cual se acumulará más hielo.

Los sondeos en el hielo antártico, que nos han proporcionado burbujas de aire del pasado, nos han hecho ver que los valores actuales de CO2 y de metano -gases de efecto invernadero- son muy superiores a los que ha habido a lo largo de los últimos 400.000 años. Eso, desde luego que debe preocuparnos y hacernos tomar medidas.

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