El científico Antonio Olmedo habla sobre viajes tripulados a Marte
El científico colaborador de la Agencia Europea Espacial, Antonio Olmedo Soler, se acercó a Tres Cantos invitado por la Universidad Popular de este municipio para dar una conferencia sobre los factores humanos de los viajes interplanetarios a Marte. Durante la misma explicó en qué están trabajando las agencias internacionales para llegar un día al conocido como "Planeta Rojo", y detalló en qué consiste el proyecto MECA, la iniciativa que el mismo desarrolla con la Agencia Europea Espacial. Olmedo Soler trabaja en Inteligencia Artificial, Psicología y Programación Informática.
Tras pisar la Luna en 1969, uno de los objetivos importantes que se han marcado los países más desarrollados en la carrera espacial ha sido llegar a Marte. La distancia entre la Tierra y este planeta oscila entre los 56 y los 400 millones de kilómetros, dependiendo de la posición de cada uno con respecto a la otra en sus respectivas orbitas (de hecho, según el conferenciante, lo usual es que este viaje interplanetario se comience en el momento en que ambos planetas estén más cercanos para que el viaje sea lo más corto posible). Para valorar la dificultad de llegar hasta Marte, conviene recordar que la distancia de la Tierra con la Luna (cuerpo celeste que la Humanidad piso por primera vez en 1969) es de tan sólo trescientos mil kilómetros.
Tecnología todavía en desarrollo
Olmedo Soler explicó que los vuelos interplanetarios requieren de vehículos sofisticados, sistemas de soporte de vida (para producir o mantener el agua, el aire, los alimentos, la energía y el calor de la nave, o facilitar el aislamiento ante la radiación exterior), y tecnologías avanzadas de procesamiento de información, entre otros avances. Según el conferenciante, "las Agencias Espaciales mundiales siguen trabajando en la tecnología necesaria para realizar estos viajes. De hecho, queda mucho por estudiar sobre los materiales a utilizar en la construcción de los cohetes y las naves que nos llevarán hasta Marte".
Además del tecnológico, el otro área de investigación es el humano, tanto en la parte fisiológica como en la psicológica. En la parte física, se realizan simulaciones de ingravidez para probar el efecto de esta en la salud de los astronautas (en las constantes vitales, en el tono muscular, en el desarrollo de dolencias durante el viaje o en la mejoría de estas). Asimismo, las investigaciones incluyen buscar la dieta más adecuada para estos viajes teniendo en cuenta que la nave no debe llevar demasiado peso, y por otro lado, debe ser una alimentación completa y sana para desarrollar su trabajo en condiciones excelentes.
Asimismo, los investigadores trabajan en el aspecto psicológico que viviría un astronauta en un viaje de este tipo. Las simulaciones se hacen en entornos análogos a un viaje interplanetario reproduciendo, por poner algunos ejemplos, situaciones de aislamiento, falta de luz natural, toma de decisiones importantes en corto espacio de tiempo, ciclos cambiados o la necesidad de compartir un espacio con otros pocos astronautas. En este sentido, Olmedo Soler indicó que en estas simulaciones se estudian todas las variantes posibles: aislamiento, stress, gestión de habitats complejos, misiones de larga duración, interacción con dispositivos robóticos.
Mars500
Uno de los últimos experimentos ha sido Mars500, un proyecto internacional del Instituto ruso IBMP con una gran participación de la Agencia Espacial Europea. Este viaje simulado en el que participaron astronautas de Italia, Colombia, China, Francia y Rusia tuvo 520 días de duración, y es el último e importante de los experimentos de este tipo hechos hasta el momento. La primera fase consistió en una simulación de 14 días durante la que se validaron las instalaciones y los protocolos de operación. Durante la segunda fase, desarrollada en 2009, cuatro rusos y dos europeos permanecieron en el módulo de aislamiento durante 105 días. El 4 de noviembre se simuló su llegada a la Tierra. No obstante, todavía se analizan las consecuencias médicas y psicológicas del confinamiento durante un espacio de tiempo prolongado de una tripulación en un espacio aislado.
Sin fecha para llegar a Marte
Ninguna agencia se ha planteado hasta el momento una fecha determinada para llevar a cabo este viaje interplanetario a Marte, a diferencia de lo que ocurrió en los sesenta con el alunizaje de la Luna. La razón está en la situación económica actual que no permite que los gobiernos y las entidades internacionales (por ejemplo, la Unión Europea) pueda invertir un dinero, que se adivina importante, en desarrollar esta tecnología.
Transferencia de Tecnología
Frente a los que dicen que el desarrollo espacial es una pérdida de dinero y que este debería utilizarse en objetivos más cercanos, Olmedo Soler recordó que los descubrimientos realizados en el desarrollo espacial han sido popularizados más tarde en la Tierra. Por ejemplo, "el microondas que utilizamos en nuestros días en realidad viene de los descubrimientos hechos sobre las ondas electromagnéticas dentro de la tecnología espacial", explicó el conferenciante. El velcro, el GPS, las lentes de contacto, el láser, los pañales infantiles desechables, las sartenes antiadherentes, los termómetros digitales o simplemente los códigos de barras son otros inventos surgidos en el desarrollo espacial y aplicados después en la vida cotidiana terrestre.
En este sentido, los descubrimientos que se puedan hacer relativas al soporte de vida (potabilización de agua y ahorro energético, por ejemplo) podrán utilizarse también en la Tierra. De hecho, la Agencia Europea Espacial tiene un departamento especial, denominado de Transferencia de Tecnología, que se ocupa de "transferir" esa tecnología espacial a productos comerciales mediante acuerdos son empresas.
Asistente informático
Por último, el conferenciante habló de su aportación a uno de los proyectos de la ESA, un asistente informático que ayudará a los astronautas a realizar su trabajo en el Espacio. Este programa distribuirá los trabajos a realizar en el interior de la nave entre los astronautas. Según Olmedo Soler, "los astronautas tienen que estar allí solucionando problemas, con un cierto nivel de stress, trabajando en su parcela de conocimiento, y colaborando a la vez entre ellos. Todo ello en un sitio cerrado, durante meses, sin posibilidad de ser ayudados desde la Tierra para algunos problemas posiblemente, y con compañeros de diferentes procedencias". En este sentido, Olmedo Soler afirmó que las simulaciones permitirán ver si el ser humano será capaz de acoger de buen grado que una máquina le de órdenes, aunque solo sea para distribuir las tareas a realizar en una nave espacial.