Conferencia: Los fundamentos de la vida dichosa: repensando a Epicuro
Evento
- Título:
- Conferencia: Los fundamentos de la vida dichosa: repensando a Epicuro
- Cuándo:
- Vie, 28. Octubre 2011, 19:00 h - 21:00 h
- Dónde:
- Centro 21 Marzo - Factoría Cultural Salón de Actos - Tres Cantos, Madrid
- Categorías:
- Filosofía, Conferencias y actos culturales, Presentación
Información del ponente
- Nombre:
- Dr. Ignacio Vento Villate
- Posición:
- Profesor Titular de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras, UAM
Descripción del evento
El filósofo Ignacio Vento descubre el verdadero hedonismo de Epicuro, en una conferencia de la Universidad Popular de Tres Cantos
El filósofo Ignacio Vento impartió una conferencia en la Universidad Popular de Tres Cantos sobre Epicuro, el creador del hedonismo como corriente filosófica. Doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, y además Suma Cum Laude, Vento sorprendió a muchos diciendo que el hedonismo propugnado por Epicuro de Samos es muy diferente al hedonismo que luego se ha popularizado. De hecho, el conferenciante recalcó que para Epicuro la felicidad se consigue mediante placeres sencillos.
El profesor Ignacio Vento comenzó invitando a los asistentes a leer una parte de la "Carta a Meneceo", una de las pocas obras que han quedado de la prolífica obra del filósofo griego, en la que se habla justamente de esa búsqueda del placer que, a juicio de Epicuro, ayuda a conseguir la felicidad.
Procurar el placer y evitar el dolor
El conferenciante explicó que la doctrina era sencilla en apariencia: "El fin de la vida humana es procurar el placer y evadir el dolor, pero siempre de una manera racional, evitando los excesos, pues estos conllevan posterior sufrimiento. Según su filosofía, los placeres del espíritu son superiores a los del cuerpo, y ambos deben satisfacerse con inteligencia, procurando llegar a un estado de bienestar corporal y espiritual al que llamaba ataraxia".
Tipos de deseos y placeres
Epicuro estableció que existen tres tipos de deseos:
- Los naturales y necesarios: las necesidades físicas básicas, alimentarse, calmar la sed, el abrigo y el sentido de seguridad.
- Los naturales e innecesarios: la conversación amena, la gratificación sexual y las artes.
- Los innaturales e innecesarios, que considera superfluos: la búsqueda de la fama, del poder político o del prestigio.
También distinguía entre dos tipos de placeres: los del cuerpo (que aunque considera que son los más importantes, en el fondo propone renunciar a ellos); y los placeres del alma, superiores a los anteriores, pues el corporal tiene vigencia en el momento presente, pero es efímero y temporal, mientras que los del alma son más duraderos y además pueden eliminar o atenuar los dolores del cuerpo.
Algunas recomendaciones
Tras esta división, Epicuro formuló algunas recomendaciones: satisfacer los deseos naturales necesarios de la forma más económica posible; perseguir los deseos naturales innecesarios hasta la satisfacción del corazón, pero no más allá; no arriesgar la salud, la amistad y la economía en la búsqueda de satisfacer un deseo innecesario, pues esto sólo conduce a un sufrimiento futuro; y evitar por completo los deseos innaturales innecesarios, pues el placer o satisfacción que producen es efímero. Además, Epicuro dijo que los placeres vanos no son buenos, porque a la larga acarrearán dolor y no sólo son más difíciles de conseguir, sino además más fáciles de perder.
Epicuro, ¿el primer hippy?
Entre las anécdotas más sabrosas de la charla destaca la de cierto parecido entre el epicureísmo y la filosofía hippie. En el año 306 a.C., Epicuro estableció la llamada “escuela del jardín” en las afueras de Atenas, un humilde huerto de hortalizas flanqueado por dos casas. En el jardín de Epicuro se admitía y se tenía trato de iguales con las mujeres y los esclavos (cosa inaudita para la época), y se cultivaba la generosidad y la amistad (para Epicuro, “de todos los bienes que la sabiduría procura para la felicidad de una vida entera, el mayor con mucho es la adquisición de la amistad”). Dicen que allí se reunía gente, en algo parecido a una cómuna hippie. Se alimentaban con el producto del huerto y luego podían sentarse a cultivar la amistad y filosofar para buscar lo mejor para todos.
Ideas para los tiempos que corren
La importancia de Epicuro para los tiempos que corren radica en que vivió también una etapa de transición como la nuestra. En ambos casos, en el siglo II a.C. en el que vivió Epicuro y en el actual, el orden económico y social parece estar cambiando lo que genera incertidumbre y miedo entre la gente. Como resumen, Ignacio Vento señaló que la propuesta de Epicuro para encontrar la felicidad fue conseguir "una vida en privacía, rodeada de amistades y de placeres moderados con el mínimo de dolores posibles y tranquilidad en el alma".