Francisca de Pedraza (siglo XVII), precursora en España de la lucha contra la violencia machista

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La historia de nuestra protagonista, Francisca de Pedraza, bien pudo ser similar a la que vivieron las mujeres castellanas o de cualquier otro lugar de aquella Europa de finales del siglo XVI y principios del XVII. Se trata de una historia escrita en letras de discriminación y sometimiento, por cuanto el tradicional papel de la mujer quedaba reducido al de ser una persona con un carácter secundario y sometido al varón. Con todo, la historia del divorcio de la alcalaína Francisca de Pedraza se centra en la que por entonces era la villa de Alcalá de Henares, allí fue educada por las monjas complutenses. No hubo de permanecer de manera indefinida entre monjas, ya que siendo todavía una adolescente aceptó la petición de matrimonio ofrecida por el que habría de convertirse en su marido, Jerónimo de Jaras. Ella estaba plenamente convencida de que al lado de aquel hombre podría desarrollarse como mujer, como esposa y como madre, incluso de ser feliz junto a un hombre, un marido, un padre. Pero, nada más lejos de la realidad fueron aquellos anhelos, ya que su matrimonio vino a demostrar y de paso recordarle, cuan cruel era la vida de las mujeres en ese momento histórico que le tocó vivir. En efecto, fueron los golpes, palos y otra serie de crueles malos tratos los que trazaron el eje vertebrador de aquel matrimonio a lo largo del tiempo en el que ambos cónyuges convivieron, con una ofensiva impunidad de su agresor y marido, puesto que esta infame práctica era contemplada por una inmensa mayoría de sus convecinos con enormes dosis de indiferencia, por no decir que contemplaban su padecimiento como algo propio del matrimonio.

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