Editorial

BALANCE: LUCES Y SOMBRAS DE UN CURSO

Plaza de la tortuga

A punto de cerrar este curso 2021-22 de la Universidad Popular Carmen de Michelena parece obligado hacer un balance del mismo y ver las luces que nos han podido animar pero también las sombras que dificultan nuestra labor y que muchas veces son expresión de problemas y amenazas que no hemos sabido resolver.

Iniciábamos el curso con la esperanza de que al fin pudiésemos recuperar un poco de nuestra normalidad de funcionamiento y así programamos las actividades que habíamos conseguido preservar e hicimos votos por recuperar lo antes posible aquellas actividades perdidas por las restricciones del Covid-19. Los Grupos de Trabajo empezaron a ser presenciales, así como las conferencias y seminarios; recuperamos las Visitas a Madrid y progresivamente algunos viajes, el senderismo, las visitas a museos,…; todo parecía ir por la senda prevista hasta que en noviembre apareció una nueva ola del Covid-19 (ómicron) y nos obligó a cambiar el rumbo y a suspender actividades y eventos previstos en modo presencial. Durante 3 meses se alteraron las previsiones y volvió el miedo y la desconfianza junto al cansancio ante una pandemia que parecía no tener fin.

El balance de todo eso ofrece dos caras: la numérica y la de las impresiones. Hemos recuperado los números en cuanto a grupos de trabajo y alumnos inscritos, superado la asistencia a las visitas a Madrid, el número de conferencias presenciales y seminarios; se han podido realizar algunos viajes (otros suspendidos), ha habido una respuesta muy grata en las salidas de senderismo y visitas a Madrid, y también hemos sido capaces de organizar algunos eventos presenciales de carácter institucional. En el lado de las sombras hay que apuntar la asistencia muy desigual a las conferencias (generalmente baja pero con algunos éxitos notables) y la respuesta también desigual a los seminarios. Lo mismo podría decirse de la atención a nuestros comunicados y nuestros medios de expresión: muchos socios no leen las comunicaciones que enviamos; la magnífica página web que tenemos apenas se consulta, y algo parecido pasa con nuestra revista Ágora Tricantina, y la respuesta ante eventos varios que se organizan y comunican a todos los socios.

Percibimos ante ese estado de cosas que parece haber un cansancio general, así como un miedo o temor a las actividades en interiores que nos retraen de las mismas (salvo excepciones que a veces sorprenden) y una falta generalizada de entusiasmo e ilusión; estamos apáticos, sin ganas, y eso transmite un mensaje de desánimo para las personas que dedicamos mucho de nuestro tiempo a organizar y ofrecer nuestros programas habituales de actividades.

A lo largo del curso hemos instado repetidamente a los socios a que recuperen la ilusión y salgan de su ensimismamiento, y también hemos trasladado el mensaje de que el futuro de la UPCM pasa por la renovación: llevamos muchos años tirando del carro un núcleo casi fijo de personas, con muy poca renovación y el tiempo agota las fuerzas y embota las mentes. Necesitamos una mejor respuesta para renovar los equipos y descubrir nuevos caminos por los que dirigir esta organización. La UPCM será lo que tú y yo queramos que sea; es tiempo ya de reaccionar y prepararnos para un nuevo curso en el que la renovación tiene que ser un hecho constatado y la recuperación de la ilusión una realidad.