Insomnio.
Noviembre siempre es un mes un poco tétrico. Empezamos con “susto o trato” y desde unos días, antes de su inicio, las ciudades se engalanan con fantasmas, esqueletos y cosas sangrientas y desagradables que se tornan en simpáticas prácticas para divertir a algunos y asustar a otros. Siempre “susto o trato” tiene la clave para disfrutar con la idea de la muerte y de lo que somos capaces de idear y aguantar para tenerla presente, pero siempre lejos, quizás porque su realidad enturbia nuestro sueño.
En la vida hay muchos miedos que convierten nuestro día a día en una carrera para mantener el tipo, buscamos valor, tranquilizarnos, analizar el porqué de esos miedos y buscar soluciones. Es verdad que el miedo suele ser a lo desconocido y que cuando lo podemos controlar, desaparece; pero hay veces que lo que tememos son circunstancias que se repiten y que no sabemos gestionar, quitándonos el sueño. Otras veces son realidades duras y tristes con las que no querríamos enfrentarnos pero que suceden, esas también nos desvelan y angustian.
Según se dice, España es el país de la “fiesta”, donde se trasnocha y nunca se tiene prisa por ir a dormir, hasta se piensa que dormir es “perder tiempo” pero más de la mitad de los españoles tiene problemas para dormir y muchos tienen miedo a despertar en la noche y no volverse a dormir, a dar vueltas en la cama…, en fin, a tener insomnio.
Nos acostamos, apagamos la luz y algunas veces todo lo vivido acude a nuestra cabeza, provocando un torbellino de emociones que la oscuridad acelera más y más, dejándonos sin resuello. Pero lo peor es cuando aparece la pregunta fatídica ¿cuándo me voy a dormir? seguida de razonamientos como, si no me duermo mañana llegaré tarde, u otro cualquiera que nos irá poniendo en tensión y que no permitirá que alcancemos el deseado “sueño” reparador que tanto necesitamos y que, en caso de alcanzarlo, no será de calidad. Tomaremos alguna pastilla, beberemos leche, pasearemos por la habitación, miraremos el móvil, pero al final normalizaremos que dormimos menos y peor. A toda persona que sufre insomnio, le gustaría conocer por qué no duerme y cómo hacer para dormir sin cortes para levantarse descansado.
¿Qué hace que durmamos mal? La respuesta es obvia, “nuestra forma de vida”, tenemos un tipo de vida divertido, hacemos cada vez más cosas y necesitamos un tiempo que obtenemos del sueño. El coste es elevado porque repercute en nuestra concentración y porque no dormir bien, es dejar de vivir saludablemente y eso nos acercará a la enfermedad.
Puede que ayude leer un buen libro antes de dormir, acostarse siempre a la misma hora, un ambiente confortable. Pero lo más importante es estar a gusto con uno mismo, el estrés y la auto exigencia desmedida no nos va a ayudar. Y obsesionarse con dormir bien, convertirá el no hacerlo en un problema agobiante que hará que cada vez durmamos menos y peor.
Isabel Tur (presidenta de la UPCM)


